La importancia de reutilizar
Un estilo de vida que aporta singularidad al hogar
3/23/2025
La importancia de reutilizar
Un estilo de vida que aporta singularidad al hogar
Bueno, es algo que creo que está claro para todos. No voy a pontificar sobre algo más que sabido... Pero sí me gustaría expresar la opinión de CICLO al respecto, ya que es su columna vertebral.
Reciclar, reutilizar y gastar menos es evidentemente uno de los temas candentes y de mayor importancia a nivel social; es importante para asegurar el futuro de este planeta tal y como lo conocemos, y para que nuestros hijos y nietos tengan una vida lo más larga y feliz posible sin carencias de agua, precios imposibles y nuevas enfermedades cada semana... No estoy siendo fatalista, con indagar mínimamente se averigua rápido que todo esto lleva demasiados años siendo denunciado por científicos. Ahora es cuando estamos viendo las primeras consecuencias. Pero tranquilos, estamos a tiempo de hacerlo lo mejor posible, y cada piedra hace camino. No pienses nunca que no sirve para nada lo que haces.
En su libro I ara jo què faig? Com véncer la culpa climàtica i passar a l'acció, (Y ahora yo ¿qué hago? Cómo vencer la culpa climática y pasar a la acción) de la editorial Bàsics Sembra, Andreu Escrivà lo explica muy clarito:
El cambio climático es un problema social, económico y político, a pesar de haberse tratado principalmente desde la vertiente ambiental, científica y tecnológica. La acción colectiva es fundamental. Unirse, hablar, construir y exigir. De la misma manera que hemos insistido mucho en la superación de la dicotomía entre el ser humano y la naturaleza (formamos parte de ella y, por lo tanto, la separación no tiene sentido), tenemos que comenzar también a entender que nuestra acción frente al cambio climático es única, dado que formamos una sociedad única. Bien sea escogiendo la segmentación y disgregación, bien como un todo. Pero estamos en la misma nave espacial, y nuestra parcela de responsabilidad también llega a esos estratos sociales en los que creemos que no tenemos poder.
[...]
Vivimos en un mundo que se acelera vertiginosamente. Los cambios son constantes, las nuevas tendencias entierran a las anteriores con una velocidad inusual. Estar al día es agotador, ya sea en viajes, ropa, gastronomía o música. Nos hemos acostumbrado a llenar todas y cada una de las parcelas de nuestra vida. En un nuevo efecto rebote, si conseguimos liberar un poco de tiempo del día a día, no lo disfrutamos, no nos lo dedicamos, si no que inmediatamente lo llenamos con alguna otra cosa. Necesitamos ser productivos -incluso en nuestros momentos de ocio- como si fuera un mandato supremo del que no podemos escapar, mientras que el concepto actual de "gestión del tiempo" nos arruina la vida, y eso nos da a entender que no tiene sentido que no pasen cosas todo el tiempo.




Este último párrafo seguro que te ha apretujado un poquito el pecho ¿me equivoco?
¿Quién no tiene o ha tenido ansiedad recientemente? ¿Quién no se queja de no tener tiempo para nada, ni siquiera de ver a los amigos? ¿Quién no sueña con tiempos mejores, más tranquilos, con fugarse a la montaña o a una isla desierta? Yo desde luego hago todo eso y mucho más. Porque vivo en la misma sociedad que tú, es así de simple y de triste. Pero cada día intento hacer algo por cambiarlo, como comprar sólo lo necesario, gastar menos luz, hablar con mis vecinos, quemar contenedores... esto último es broma y malísimo para el medio ambiente (igualito que las fallas de poliespan de València), pero sabéis a qué me refiero, es esa ira que a veces nos entra por no estar conformes con la rueda de hámster en la que nos vemos metidos.
Un concepto del que se habla poco es de la economía ambiental, subdisciplina de la economía, que estudia la economía en interrelación con las Ciencias Ambientales. Esto ayudaría a tomar mejores decisiones que sean beneficiosas para la economía y tengan un impacto ambiental negativo mínimo. Al menos hasta que seamos capaces de acabar con el capitalismo, que no es lo mismo que acabar con la economía, ojocuidao...
Para muestra un botón (sí, a veces hablo como mi abuela...): Esta imagen es un detalle de mi terraza.
La mesa es un tablero pintado sobre unos caballetes de madera antiguos. La decora una prensa de libros que utilizo para hacer grabados, un bote de cristal de endrinas que me encontré tirado en el campo con flores silvestres, un aislante eléctrico de cerámica y un cubito de zinc con tomillo que me trajo mi padre no sé de dónde.
Todo habla de mí, todo cuenta una historia y hace mi hogar un espacio sólo mío. Y de mis gatas.
Y encima me encanta.
Un tema directamente relacionado con este artículo es la necesidad de una educación ambiental mucho más completa. Esto lo explica mucho mejor que yo Alberto Vizcaíno López en su pedazo de libro El contenedor amarillo S.A. de Fuera de Ruta Editorial:
No me cabe duda de que es necesaria más y mejor educación ambiental. Aumentar la consciencia ambiental de las personas nos ayudará a construir una civilización capaz de atender sus necesidades de forma más sostenible y consecuente con los límites del planeta que habita.
[...]
El fomento del reciclaje es clave para reducir el impacto del modelo de consumo y cerrar los ciclos abiertos de nuestro sistema de producción. Pero el mensaje debe ser realista y venir acompañado de otras medidas relacionadas con el despilfarro de materias primas o la obsolescencia de los bienes de consumo. La economía circular se basa en la prevención y esa debería ser la clave de todas las estrategias sobre residuos: si evito el residuo no lo tengo que reciclar.
Bravo. No parece tan difícil de hacer ¿verdad? Es ponerle un poco de empeño y consciencia social. Y saber quiénes son los malos (guiño, guiño).
Y ahora que os tengo medio aburridos, o espero que no, doy un triple salto mortal con tirabuzones y purpurina, pero de los que caes de pie con una fuerte ovación: ¿Por qué el subtítulo de este artículo es Un estilo de vida que aporta singularidad al hogar? ¿Se te ha ido la pinza...? No, sólo pretendía dar un poco de contexto sólido a cómo afecta todo esto a la decoración.
Inevitablemente, cualquier estilo de vida se refleja en nosotros y nuestros espacios, al menos por regla general. Por lo tanto, un estilo de vida responsable con el medio ambiente y que no sigue modas o tendencias, acabará por tener espacios totalmente personales, únicos y llenos de historias. Porque decoraremos con piezas que nos enamoran, que tengan mucho significado para nosotros, que cuenten cosas.
Nuestros espacios se convierten casi en seres vivos, cambiantes dentro de su propia estructura, pero siempre acordes a nuestra forma de pensar y vivir. No tendremos espacios ni hogares repetidos, no tendremos hogares clonados. Nuestros espacios serán una extensión de nosotros mismo. Y nos harán felices porque nos sentiremos plenamente en casa.
Para acabar, comparto uno de los consejos que da Andreu Escrivà en su libro (por favor, no dejéis de leerlo):
Alarga la vida de todo aquello que puedas, todo el tiempo que puedas.
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